Estamos en esa época del año donde las luces brillan, los jingles suenan, y las marcas nos recuerdan que compartir es la esencia de las fiestas. En medio de ofertas, descuentos y “ediciones limitadas,” es un buen momento para detenernos y reflexionar sobre cómo conectamos con quienes nos rodean. No solo hablamos de las relaciones personales, sino también de la relación entre marcas y consumidores.

Se me ocurre que es un buen momento para hablar del concepto de los cinco lenguajes del amor. Aunque nacieron para las relaciones humanas, estas categorías tienen una correlación fascinante con el marketing y la publicidad.

1. Palabras de afirmación
Este lenguaje se trata de expresar amor o aprecio a través de palabras positivas y elogios. En marketing, las palabras son la base de la conexión emocional. Piensa en marcas como Coca-Cola, con su “Destapa la felicidad,” que no solo vende un refresco, sino un estado emocional. Las palabras crean lealtad y resonancia cuando las marcas hacen sentir valorado al consumidor. Campañas con mensajes personalizados, como los nombres en las botellas de Coca-Cola, también refuerzan este lenguaje: “Hey, esto es para ti, Felipe José,” (suerte encontrando ese nombre en las botellas).

2. Tiempo de calidad
Este lenguaje implica dedicar tiempo significativo para conectar con el otro. En marketing, esto se traduce en experiencias memorables. Starbucks lo ha entendido bien con su concepto de “tercer lugar”: no solo compras un Latte Machiatto Grande Frappe, sino que te ofrecen un espacio para estar, conversar y disfrutar. O miremos a IKEA, que te invita a pasar tiempo explorando sus tiendas y probando sus productos. Las marcas que logran crear un espacio donde los consumidores pueden conectar con ellas y con otros (física o digitalmente) están hablando este lenguaje.

3. Actos de servicio
Este lenguaje se enfoca en acciones que facilitan la vida de los demás. Hacer la vida del consumidor más fácil es un acto de amor. Amazon es un maestro en este lenguaje: desde las entregas al día siguiente hasta las recomendaciones personalizadas, todo está diseñado para ahorrar tiempo y esfuerzo. Otro ejemplo es Dove, cuya comunicación no solo promueve productos, sino también el bienestar emocional a través de sus campañas de autoestima. Cuando una marca se preocupa por resolver problemas, gana corazones.

4. Recibir regalos
Este lenguaje gira en torno a expresar amor mediante obsequios con significado. Esto es marketing en su forma más literal: regalar, pero con significado. Las cajas de suscripción como las de Sephora o las ofertas de productos exclusivos de Apple durante las fiestas hablan a este lenguaje. No se trata solo de regalar por regalar, sino de ofrecer algo que el consumidor perciba como valioso y pensado para él.

5. Contacto físico
Este lenguaje valora el contacto físico como una forma de expresar conexión y apoyo. En marketing, el contacto no siempre tiene que ser táctil; también puede ser simbólico. Las tiendas experienciales, como las de Nike o LEGO, que permiten a los clientes tocar, probar y construir, son ejemplos perfectos. Además, hay algo poderoso en el empaque: un paquete bien diseñado o una experiencia “unboxing” puede replicar ese toque emocional que tanto conecta.

Finalmente…

Identificar qué lenguaje del amor habla tu marca (y cómo lo recibe tu consumidor) puede ser la clave para construir una conexión más profunda. En esta temporada de regalar y compartir, no olvidemos que, al final del día, el marketing más efectivo es el que se siente genuino, humano y pensado para hacer una diferencia, ya sea con palabras, tiempo, servicio, regalos o experiencias táctiles.

Y tú, ¿con qué lenguaje conectas mejor?