Jose Ignacio Cabrujas (Caracas, 1937 — Porlamar, 1995), fue uno de los dramaturgos mas importantes que ha tenido Venezuela. Director de teatro, escritor, cronista, hasta campañas electorales diseñó, y en todo, fue un venezolano para recordar. No pretendo hacer una semblanza profunda de este gran personaje, que admiré y aun hoy admiro profundamente, por su sagacidad, por su pluma temible. Solo pretendo decir eso, que su prosa amable ha sido objeto siempre de mi mas grande admiración.

Por muchos años (de 1988 a 1994) leí su columna en El Nacional y en El Diario de Caracas, El País según Cabrujas, donde a su manera muy especial hacía una disección de cualquiera fuera el tema que estaba en la palestra en lo que llamamos “el país nacional”. Religiosamente lo leía, y cuando no podía leerlo, guardaba la hoja del periódico para leerlo luego. Resulta que muchísimos de sus artículos me quedaron pendientes por leer, y justo al terminar la carrera en la universidad, por un error involuntario se fueron a la basura todos esos artículos que había atesorado (mas que guardado).

Pues finalmente tengo en mis manos un libro que los recopila, todos juntos, los que leí y los que no leí, con los que estuve de acuerdo y con los que no. Todos, un recuerdo imborrable de esos tiempos que muchos olvidaron, que de alguna forma terminaron de desencadenar los eventos que construyeron el pais que tenemos hoy. Una de esas sociedades a medio hornear, barroca, en la que vivimos y a la que todos los dias tratamos de aportar lo mejor de nosotros, aun cuando a veces parezca que solo sobrevivimos a ella.

Leerlo, a pesar de que visto en perspectiva tantos años después nos muestra de nuevo y con mas claridad dónde fue que nos equivocamos y dónde acertamos como país (al menos en lo que a la etapa finisecular del siglo XX se refiere), me hace recobrar las ganas de seguir adelante, de guapear (como decimos por estos lares), de agradecer por las cosas buenas y luchar todos los dias por pasarle por encima a las malas.

Hace que, por ejemplo, escriba de nuevo 😉